martes, 23 de marzo de 2010

TU AUSENCIA O SINESTESIA DE FLUIDOS






El llanto de mi verga en cerumen
eyacula a moco tendido
flujo sudoroso de pus
orina y sangre en el semen amniótico
de tu saliva biliar.

Inédito


lunes, 15 de marzo de 2010

SIERRA DE GATA
































Hace ya mucho tiempo que el espejo
dejó de mirarme a los ojos
cuando le dirijo la palabra.

Inédito






lunes, 8 de marzo de 2010

TENGO UNA CITA (VII)





El destino al que me dirigía ya no está de moda.

Antonio Arias, Pasajeros en tránsito

martes, 2 de marzo de 2010

MEMPHIS TO SAN FERNANDO





CLÁSICO IMPRESCINDIBLE


'La leyenda del tiempo' (1979) Camarón



No conocer a Camarón es como no conocer a Picasso. Era capaz de cantar lotería y ser sublime.
Miquel Barceló.

A las puertas de la década de los 80, en plena transición política y social, el flamenco viviría la suya propia con la irrupción de un disco que se atrevía a desafiar los tradicionales cánones del género.
Un Camarón despojado de su apellido artístico -‘de la Isla’- y de cualquier prejuicio musical pone su talento al servicio del productor Ricardo Pachón, uno de los principales auspiciadores de lo que más tarde se conocería como flamenco-fusión –denominación horrible, por otra parte-, consistente en tomar el cante jondo, virgen y puro, y corromperlo con fálicos e insinuantes instrumentos y acordes de rock progresivo-psicodélico made in Sevilla.
De esta manera, el escándalo entre las moscas cojoneras ortodoxas estaba servido. Cómo podía alguien atreverse a arropar los cantes con guitarras eléctricas, batería, teclados o sitar. José Monge Cruz había traicionado sus orígenes a cambio de una ‘modernez’ intolerable. Hubo incluso quienes se presentaban en las tiendas de discos dispuestos a devolver el Lp porque no reconocían en él al cantaor de San Fernando. Con este panorama las ventas fueron exiguas, alcanzando apenas 6.000 copias. Tanta fue la presión a la que se vio sometido nuestro protagonista que, apesadumbrado, llamó a Ricardo una mañana pidiéndole que para el próximo trabajo se dejara de florituras y grabaran simplemente “un disquito de flamenco.
A este respecto, un joven Tomatito, encargado de las guitarras españolas junto a Raimundo Amador (éste último tocaría además el bajo y la batería, tambores compartidos con Paco de Lucía; sí, el mismísimo Paco), suele contar que ya antes de comenzar el proceso de grabación, libreto en mano, los temas le parecieron un poco raros…”hecho que se ratificó cuando escucho a Kiko (Veneno) cantar su ‘Volando voy’ y le digo a José (Camarón): ‘¡Mi familia me mata si grabo esto!’ Él me dijo: Tranquilo, que cuando lo grabe yo ya verás que suena diferente."
Y no se equivocaría, pero para entender esto iba a ser necesario el trascurso inexorable del tiempo, imprescindible para dimensionar ‘La leyenda’ hasta situarla hoy como un referente dentro de la historia “jonda”.
En ella podemos encontrar bulerías (‘Romance del amargo’, ‘Homenaje a Federico’, ‘Viejo mundo’ y la que título al trabajo, tomada de un poema lorquiano), una cantiña (‘Mi niña se fue a la mar’), tangos (‘Tangos de la sultana’), alegrías (‘Bahía de Cádiz’), o la mencionada rumba ‘Volando voy’; completándose el disco con ‘Nana del caballo grande’ y la popular ‘La Tarara’.
Junto a los ilustres guitarristas mencionados, nos topamos con el talento eléctrico de Pepe roca y los teclados de los hermanos Marinelli (miembros de Alameda o Tartesos, entre otros grupos), la flauta jazzística del ubicuo Jorge Pardo o el sitar psicodélico de Gualberto arropando la legendaria voz del gitano universal. Voz tajantemente descrita por su compañero y amigo Paco de Lucía:

Mientras otros cantaban letras de temática social, la voz desgarrada de Camarón evocaba por sí sola la desolación de un pueblo.”

Un pueblo sumido para siempre en la desolación por la pérdida de su Mesías Flamenco. Aunque hay quienes aún resisten parapetados tras pintadas del tipo “Camarón vive”, a modo de un ibérico Elvis calé.
Pues sí, primos, yo también me rompo la camisa –de fuerza- para unirme con un profundo quejío: ¡que viva Camarón, coooño!





Diamada Cult

(Publicado en 'Vivir Almería', Diario Ideal. Octubre 2009)