miércoles, 23 de diciembre de 2009

UN LIBRO DE CINE









CLÁSICO IMPRESCINDIBLE




Mi último suspiro’ (1982) Luis Buñuel


Un año antes de su fallecimiento, una editorial parisina pone a salvo los recuerdos del octogenario cineasta aragonés con ayuda de su colaborador habitual Jean –Claude Carriére. Testimonio ineludible para los devotos de un artista universal. Ejercicio memorístico que arranca en Calanda y Zaragoza, lugares donde trascurren su infancia y pubertad como el mayor de siete hermanos de una familia acomodada que hiciera fortuna en la, por entonces, colonia española en Cuba. Con posterioridad, llegaría la adolescencia en la mítica Residencia de Estudiantes, espacio y tiempo claves en el devenir posterior de toda una generación de artistas de la que sería uno de sus máximos representantes junto a Dalí y Lorca. “De todos los seres vivos que he conocido, Federico es el primero. No hablo ni de su teatro ni de su poesía, hablo de él. La obra maestra era él. Me parece, incluso, difícil encontrar a alguien semejante. Ya se pusiera al piano para interpretar a Chopin, ya improvisara una pantomima o una breve escena teatral, era irresistible. Podía leer cualquier cosa y la belleza brotaba siempre de sus labios”. Con respecto al segundo (con quien escribiría su opera prima, ‘Un chien andalou’, en una fase de desencuentros con Federico) la amistad se iría deteriorando con el trascurso de los años, según Luis, debido al gigantesco narcisismo y al afán de notoriedad del catalán, unido a la dudosa influencia que supondría su esposa Gala. Más tarde llegan sus años en París, sumergiéndose de lleno en la escuela surrealista auspiciada por André Breton, y su paso, en diferentes etapas, por Hollywood, que le depararía alguna de sus más extraordinarias vivencias. “En aquella época la idea de participar en una orgía nos entusiasmaba. Un día, en Hollywood, Charlie Chaplin organizó una para mí y dos amigos españoles. Llegaron tres muchachas preciosas, de Pasadena, pero en seguida empezaron a pelearse porque las tres querían a Chaplin, hasta que, por fin, se fueron”. Un capítulo muy especial en sus evocaciones merece la Guerra Civil, cuya mayor parte viviría como hombre de confianza del embajador de España en Francia -el socialista Araquistain, antiguo periodista y escritor- en su labor de recabar el máximo apoyo posible del exterior a la causa republicana. Labor muy compleja por el desentendimiento de numerosas naciones, comenzando por nuestro país vecino al otro lado de los Pirineos. En el plano puramente cinematográfico, encontramos un más que interesante repaso anecdótico de cada una de sus principales películas, con particular detenimiento en las rodadas en México, lugar al que arribaría por pura casualidad y que llegaría a convertirse en la patria adoptiva de sus últimos treinta y siete años de existencia; llegando a adquirir, incluso, la doble nacionalidad. A medida que avanzamos en la prensil lectura de la presente obra nos percatamos de que trayectoria profesional y personal, en este caso, llegan a fundirse y confundirse –en un ejercicio de enriquecimiento mutuo- a través de la peculiar visión buñueliana del amor, la religión, la filosofía, los placeres más carnales (alcohol, tabaco y sexo) o la política. Los rodajes forman parte de la cotidianidad y, por lo tanto, cada nuevo proyecto de película que se pone en marcha es un necesario hálito de continuidad en un estilo de vida que pretende ir más allá de los manidos convencionalismos de la industria cinematográfica. En este sentido, ‘Mi último suspiro’ se cierra con toda una declaración de intenciones que dignifica a su autor: “Nunca en la vida he discutido la cantidad que se me ofrece por un contrato. Soy por completo incapaz de ello. Aceptaba o rehusaba, según los casos, pero jamás discutía. No creo haber hecho nunca por dinero una cosa indeseable. Puedo decir que lo que no haga por un dólar no lo hago por un millón de dólares”. No estaría de más que tomaran nota algunos mercaderes del templo de la cultura actual empeñados como están en seguir otorgando al dinero la dicotómica función redentora de musa y dios. Palabra de Diamanda.

Diamanda Cult
(Publicado en 'Vivir Almería', Diario Ideal. Septiembre 2009)


viernes, 18 de diciembre de 2009

MATRIMONIO DE LA HUMANIDAD



Se odiaron a vida en las riberas parisinas del sena.
Recitaron a herz imber en el fuerte de bahla.
Se besaron a traición en jerusalén.
Lapidaron a una joven adúltera en petra.
Contemplaron el lumínico renacimiento del monte tai.
Se perdieron entre multitudes en la isla henderson.
Lanzaron fuegos artificiales en hiroshima.
Sonrieron tumbados en la piazza del duomo de pisa.
Tropezaron a la vuelta de una esquina en tipasa.
Se tornaron extraños en las grutas de ajanta.
Estrenaron sus mejores botas en la gran mezquita
de divrigi.
Lamieron la lava de sus sexos en el cráter de vredefort.
Se refugiaron en los precipicios de bandiagara.
Cosechó su vello púbico en kuk.
Musitaron a vinicius en el anfiteatro el djem.
Se escupieron un no a la cara en la catedral
de aquisgrán.
Mordió su nuca en la isla mcdonald.
Olió sus pezones en la tierra del incienso.
Juzgaron al tiempo, por genocida, en berna.
Encanecieron en la ciudad universitaria de caracas.
Vendió su cuerpo en la isla de gorée.
Su saliva le supo amarga en el valle de los ingenios.
Cruzaron las miradas en el krak de los caballeros.
Se emborracharon hasta caer al cielo en la isla del pico.
La abrió en canal rideau.
Se sentó a esperarla bajo la acacia del teneré.
Naufragaron en la bahía de ha-long.
Se destruyeron en el valle de bamiyan.
Profanaron la tumba de su amor en el valle del boyne.
Se alimentaron de carne humana en auschwitz.
Sollozaron en los jardines de shalimar.
Se abrazaron en el fiordo de ilulissat.
Masturbaron con fervor a un niño en san pablo extramuros.
Dibujó su boca en gobustán.
Desollaron ballenas sombrías en el vizcaíno.
Gritaron hasta quedarse afónicos en el puente
de vizcaya.
Se arrojaron al vacío en la estatua de la libertad.

Inédito

viernes, 11 de diciembre de 2009

FELIZ NAVIDAD




En la oscuridad de mi mañana
pasada de vueltas,
busco a tientas mis brazos
para colocarme
en el lado preciso
del corazón. Mi camino hacia
la felicidad ya no es
verde,
ahora resulta que el camino
hacia la felicidad
se encuentra custodiado
por relaciones
conyugales de crecimiento sostenible.
Sus fachadas lucen un sospechoso
color mierda
por las que trepan
cientos de miles de papanoeles
casi tan horteras
como sus moradores.
Pero, ya está...
Se acabó...
Prometo dejar de flagelarme cada noche
en mi celda,
sustituir mi fusta por abrazos minutados
de felicitaciones navideñas
y devorar con la mirada
a todos aquellos
que hablan
sin mirar a los ojos,
que dejan su garra extendida
casi tan suelta
como sus esfínteres
cuando no encuentran
otra salida que enfrentarse
a la indigesta verdad.
Ya

está...
Brindaremos
con nuestras copas repletas
hasta
los bordes de arcadas de segundo sueño
y compartiremos las uvas,
esa blasfemia sin pisar.
Doce uvas que significarán
doce benditas oportunidades
para acabar globalmente
atragantados.

martes, 1 de diciembre de 2009

HORIZONTE ECOGRÁFICO TRANSRECTAL







El cielo es un culo donde llora
atrapado el Marqués de Sade.
Del cielo crepuscular
en la hemorroide sangrante de la pérdida.

(De 'Infierno nuestro que estás en el cielo', Banderín del Zaguan Nº.42)



miércoles, 25 de noviembre de 2009

GRANDE LISBOA









Después de tantos años
continúas persiguiendo la belleza.
Pasas horas y horas en manos de alguien
que no la alcanzará jamás.
Pretendes a toda costa una porción diminuta de belleza.
En el tambaleante soniquete del reloj despertador
no aparece.
Se marchita en la ducha apresurada,
en el atasco matutino,
en la compañía inexacta.
Sobrevives obstinada en atisbar los pasos
pero ella sigue siendo mucho más veloz
y no piensa detenerse en grotescas ceremonias sociales,
en somníferas juntas de comunidad de propietarios
de la nada.
La belleza no pertenece a nadie y por ese motivo llora
a lágrima finada en las cenas de empresa,
en los cumpleaños infelices,
mientras tú apuestas la vida
a cambio de retenerla
tan sólo un instante
en el casino insomne de tu almohada,
perdiendo tu pelo,
despintada en tus labios.
Todavía no descubriste que siempre
se ausenta en navidad
y no pide permiso para emborracharse en la mesa
cuando aparece la paella de los domingos,
el muestreo completo de preguntas retóricas.
A estas alturas crees a muerte en la belleza inmortal,
por eso no desfalleces tras su rastro
y planeas viajes de atractivo planeado.
Mas deberías saber,
para tu información,
que la belleza nunca sucumbirá
porque nunca llegó
siquiera
a nacer.
No deseó instalarse en una fría habitación de hospital
bajo la atenta mirada
de otros resignados buscadores
de belleza.
Y prefirió la eterna permanencia en el recuerdo
de quienes
alguna vez,
en el estrangulado garabato de un niño,
creyeron adivinarla.

Inédito


jueves, 19 de noviembre de 2009

viernes, 13 de noviembre de 2009

TENGO UNA CITA (V)
















-Papá, ¿por qué llevas gafas?
-Porque tengo miopía.
-¿Tienes tu opía?

viernes, 6 de noviembre de 2009

A VUELTAS CON LOS BURROS






























CLÁSICO PRESCINDIDO


En una tranquila y cálida tarde-noche del ya funesto mes de agosto, paseando en grata concomitancia sin rumbo fijo por las calles del centro de Almería, atravesamos Nicolás Salmerón, rodeamos la Fuente de los Peces, subimos por la Calle Real, tomamos Trajano... para acabar desembocando -de bruces- en una de las cuatro o cinco ilustres plazas capitalinas trazadas sentimentalmente en mi cabeza. De ahora en adelante sólo en mi cabeza. Tras unos instantes de puro desconcierto, les juro que mi primer impulso fue alzar la vista, asombrado, en busca de la placa denominativa suspensa en la fachada más próxima. Pero no, nuestros lindos cuerpos no habían sufrido telequinesia en su azaroso deambular vespertino. Efectivamente, nos encontrábamos en la Plaza Marqués de Heredia, más conocida como Plaza de los Burros, o lo que quedaba de ella, que ya no era otra cosa sino el apelativo. La habían vuelto a liar. Sí, la historia, como no podía se de otra manera, se repetía. Se habían cargado, a su antojo y de un plumazo -de escavadora-, otro de los menguados reductos culturales que quedaba en el casco histérico almeriense. Qué manera de joderme la tarde, el día, agosto, la ciudad.
Lamentable. Indignante. Triste.
Las características pérgolas envueltas en vegetación trepadora, los ejes laterales profusamente ajardinados, los azulejos engalanando bancos y fuente... Todo había desaparecido y en su lugar, frente a nosotros, la nada en granito gris con perecederas franjas del mejor césped receptor de mierdas de perro y asolación juvenil, una fuente(cita) poco vistosa pero –lo más importante- ultramoderna y los inevitables bancos de “diseño”.
Diáfana, impersonal, sin identidad pero, como leí con posterioridad a alguna avezada autoridad, “modernista”. Y como ustedes ya sabrán para que una plaza sea “modernista” pues no debe albergar más sombra que la de los toldos de las terrazas que, al fin al cabo, serán los que contribuyan con sus impuestos de veladores al mantenimiento de tan conspicuo placicidio. Quien quiera sombra que apoquine unos cuantos euros por una jodida caña, en algunos casos tirada y servida de mala manera –pero ése ya es otro cantar-.
¿Por qué? ¿Por qué esa manía de confundir lo antiguo con lo viejo, de difuminar los límites entre lo moderno y lo paleto?
“Modernista”. ¿Pero, por dónde coño asoma el modernismo en esta obra? ¿Es un resto de serie de Guimard, de Horta, u Olbrich, acaso? ¿O es que albergamos un nuevo y revolucionario Gaudí en Almería y yo sin enterarme? ¿Estaremos ante el nuevo Parque Güell del sureste peninsular?
Desconsolador. Deplorable.
¿Para cuándo la tipificación como delito de la destrucción arbitraria de espacios públicos con apreciable valor urbanístico? Espacios como éste cuya configuración inicial databa de mediados del siglo diecinueve, fruto de la demolición -cómo no- de los últimos vestigios fortificados en la zona.
Pues nada, otro clásico imprescindible del que se prescinde alegremente; otra obra que se une a la innumerable colección de desastres arquitectónicos autóctonos junto a la Plaza de la Catedral – glorieta que ostenta el dudoso honor de ser una de las más insustanciales en su género, parche del Obispado incluido- o al edificio de fachada semicircular -cuyo nombre afortunadamente desconozco- que preside la Puerta Purchena (por citar sólo un par de ejemplos significativos).
¿Pero alguien ha oído hablar alguna vez de la armonía arquitectónica? ¿De los efectos nocivos de la búsqueda del funcionalismo puro y duro en el ámbito urbano? ¿De los límites del diseño como herramienta generadora de identidad cívica? Está claro que quienes manejan las decisiones en nuestro espacio presente y futuro, no. A ellos les lanzo, de forma furiosa y vehemente, el manual indispensable de este mes -no, no me olvidé de que estoy en la sección de libros-: ‘La plaza en la arquitectura contemporánea’ (1995) de Paolo Favole.
Condenándoles a una lectura reflexiva, de cara a la pared y las orejas de burro; que a este ritmo devastador voy a terminar paseando acojonado por las inmediaciones de la mismísima Alcazaba, ante la temible sorpresa que me depare la ocurrencia de algún iluminado urbanista. Por cierto, ahora que lo pienso mejor, un poquito vieja y desfasada me está pareciendo esta edificación ¿no creen mis queridas autoridades?

Diamanda Cult
(Publicado en 'Vivir Almería', Diario Ideal. Octubre 2009)





miércoles, 28 de octubre de 2009

LAS MAÑANAS





Las mañanas son más luminosas
que los ayeres.
Las tardes son menos puntuales
que los prontos.
Las noches en tus ojos son
luminosas y puntuales.

Cuaderno de Nueva Literatura Almería

miércoles, 21 de octubre de 2009

SUBLIME: EXCELSO, EMINENTE, DE ELEVACIÓN EXTRAORDINARIA




CLÁSICO IMPRESCINDIBLE


‘Las ninfas’ (1975) Francisco Umbral



“...y pensaba por primera vez, como luego he seguido pensando, que la literatura es el único reino donde nadie se muere nunca, donde Cervantes y Quevedo siguen vivos, donde Melibea y Madame Bovary seguirán pecando, adorables e inmortales, por los siglos de los siglos.”

Reflexiones tan hermosamente acertadas como ésta hicieron de ‘Las ninfas’ no sólo merecedora del Premio Nadal del año 75, sino que además le han otorgado el privilegio de ser considerada, treinta y cuatro después, un Clásico Imprescindible por la publicación que, tras un largo mes de ansiosa espera, sostienen ya por fin mis fieles lectores entre sus manos.
La novela fue editada en uno de los años más prolíficos de su autor, con éste sumó nada menos que siete títulos, entre ellos la elegíaca ‘Mortal y rosa’, obra magna en su trayectoria y a la que se le dedicara un merecido espacio en esta sección meses atrás. La historia parte de una premisa básica de Baudelaire: Hay que ser sublime sin interrupción. Premisa que el adolescente, proyecto de poeta, adopta como dogma en el viaje sin destino preciso que es la cultura como esencia de vida, como Astro Rey alrededor del cual giran con equidistancias insalvables las cotidianidades de la existencia ordinariamente impuesta.
Pero Baudelaire, de procedencia acomodada, al emitir su máxima no contaba con las circunstancias sociológicas e históricas de un joven de posguerra habitante del extrarradio:
Yo llevaba mis guantes amarillos en el bolsillo, pero no me atrevía a sacarlos. Casi me dieron ganas de arrojarlos a una papelera. Yo estaba haciendo el fantoche de poeta pobre, por las calles, mientras otros estudiaban de firme, calientes y en silencio, para hacer sonetos anacreónticos, que yo ni sabía lo que era eso.”
Un joven, testigo privilegiado de la impúdica traición de la realidad haciendo añicos el espejo inicial de pureza artística:
Me saludaron ambos como a un viejo y remoto conocido. No sufría por él, por ella ni por mí, sino por una abstracción cultural. Me había quedado sin modelo, sin amigo, sin profeta. Tampoco la cultura era verdad. La cultura podía ser el trámite hacia una pescadería.”
Si bien, como contrapartida agridulce, también nos ofrece los cálidos brazos del primigenio amor descubierto:
“...de aquella primera mujer que me decía silenciosamente que sí, que yo era, y me afirmaba, porque un beso es siempre una afirmación de algo, y no sé si otras muchachas me habían mirado antes, pero sólo ella, María Antonieta, me lo había dicho sin palabras, con esa palabra extraña, fuera de vocabulario, pero hija también de la boca, que es un beso, el beso.”
Para finalmente arrojarnos de forma impía desde la suprema luz afectiva hacia el grisáceo subsuelo de una época que aún hoy no tenemos del todo superada:
Un fondo sacramental, levítico y justiciero del país se levanta de tiempo en tiempo contra el amor que siempre es un escándalo para todos, como la única réplica de las mismas dimensiones que el cielo.”
Los trazos autobiográficos que caracterizan la Literatura Umbraliana se encuentran –naturalmente- incrustados en cada párrafo de ‘Las ninfas’, impregnándolos de una emotividad de espesor palpable e inequívoca. Una Literatura Umbraliana ante la que no ha tenido más remedio que rendirse, con el trascurso de los años, la idea incierta de lo sublime; entendida y redefinida hoy por mí - porque me siento asquerosamente cursi y porque me sale de los ovarios- como: arrogante cualidad innata del Escritor para juntar palabras despegando pensamientos.
Dicho queda.

Diamanda Cult
(Publicado en 'Vivir Almería', Diario Ideal. Abril 2009)







jueves, 15 de octubre de 2009

TENGO UNA CITA (IV)








En la discoteca de tus ojos
quiero bailar eternamente
y estar siempre presente
en el sexo de tus sueños.

Javier Corcobado, Tu alma en mí

jueves, 8 de octubre de 2009

NUESTRA MUJER EN LA HABANA


























Dispongo de tanto tiempo que todos mis relojes
mueren atragantados.

Inédito





lunes, 28 de septiembre de 2009

MI AMOR ES COMPULSIVO






Mi amor es compulsivo,
vomita sangre de venas abandonadas
en la sucia esquina de la tarde.
Mi amor está gritando
en las barras de los bares
que ya nadie frecuenta. Mi amor
es un bastardo que nunca creyó en Dios.
Mi amor se funde con la furia de este poema
enquistado en mi alma. Mi amor se mira
las manos como si fuera un desconocido.
Mi amor se suicida y pide otra oportunidad.
Mi amor llora por caminos angostos de dolor. Mi amor
se equivoca y llama a la puerta,
me apunta con una pistola y me pide perdón.

VIII Certamen de Creación Joven Ciudad de Almería

martes, 22 de septiembre de 2009

LA PARIDAD



La paridad es una tonteriad.

martes, 15 de septiembre de 2009

martes, 8 de septiembre de 2009

LOS VIAJES DE GULLIGER





Uno de estos días cagaré mi corazón
de tanto como pesa tu recuerdo.

Inédito

miércoles, 2 de septiembre de 2009

69 ESPAÑOLAS





No. Ni en el cine español existe un talento exclusivo, ni se puede utilizar un mismo saco reduccionista para afirmar que todas las producciones que incluyan una eñe en su denominación de origen son, por definición, basura subvencionada. Cuando yo pago una entrada de cine –escandalosamente cara, por otro lado- me suda el rabo si el productor le ha comido el ídem al ministro de turno. Prefiero, en tal caso, no saberlo. Lo único que me interesa es la historia planteada y su ejecución narrativa, técnica y actoral. Partiendo de esta premisa me da igual que ésta proceda de China, Estados Unidos o San Marino. Me parece una imbecilidad poner fronteras al arte, cuando su función primordial debería ser derribarlas. Por tal motivo, para mí ya no existe cine español, europeo o latinoamericano, más allá del simple dato informativo –o, si desean, estadístico-. Para mí sólo hay buenas y malas películas, con todos los matices intermedios que queramos incluir. Aclarado este punto, voy a realizar una excepción para el presente número de esta blasfema revista -cansado como estoy de leer y reescuchar estereotipos contra una industria que alberga a algunos de mis directores favoritos- y paso, a continuación, a mostrar un listado con las/mis 69 cintas imprescindibles “del más acá”. Los rankings, a modo de parrilla de salida en un premio de Fórmula 1, me parecen -en general- odiosos, y nada más ejemplificadora que la siguiente muestra completamente subjetiva, como subjetivos son los procesos neuroquímicos, generados por el séptimo arte, que constituyen las emociones.
Antes, otra puntualización: la mayoría de las producciones del Aragonés Universal incluidas aquí son foráneas; empero, por cuestiones evidentes, no podía, de ningún modo, dejarlas fuera. Faltaría más.



1. Simón del desierto (1964) Luis Buñuel
2. El verdugo (1963) José Luis García Berlanga
3. La vaquilla (1985) José Luis García Berlanga
4. Los santos inocentes (1984) Mario Camus
5. Tristana (1970) Luis Buñuel
6. Plácido (1961) José Luis García Berlanga
7. Amanece que no es poco (1989) José Luis Cuerda
8. Un perro andaluz (1928) Luis Buñuel
9. El viaje a ninguna parte (1987)
Fernando Fernán-Gómez
10. Tamaño natural (1973) José Luis García Berlanga
11. Los olvidados (1950) Luis Buñuel
12. Viridiana (1961) Luis Buñuel
13. Calle Mayor (1956) Juan Antonio Bardem
14. Mi querida señorita (1971) Jaime de Armiñán
15. El bosque animado (1987) José Luis Cuerda
16. Ensayo de un crimen (1955) Luis Buñuel
17. La escopeta nacional (1977) José Luis García Berlanga
18. Belle de jour (1966) Luis Buñuel
19. Los jueves, milagro (1957) José Luis García Berlanga
20. El día de la bestia (1995) Alex de la Iglesia
21. El crimen de Cuenca (1979) Pilar Miró
22. Epílogo (1978) Gonzalo Suarez
23. Patrimonio nacional (1980) José Luis García Berlanga
24. Belle époque (1992) Fernando Trueba
25. Los niños de Rusia (2001) Jaime Camino
26. Te doy mis ojos (2003) Iciar Bollain
27. ¿Quién puede matar a un niño? (1975)
Chico Ibáñez Serrador
28. La comunidad (2000) Alex de la Iglesia
29. Martín (Hache) (1997) Adolfo Aristarain
30. El desencanto (1976) Jaime Chávarri
31. Los lunes al sol (2002) Fernando León
32. Espérame en el cielo (1987) Antonio Mercero
33. Amantes (1990) Vicente Aranda
34. Él (1952) Luis Buñuel
35. Bienvenido Mr. Marshall (1952)
José Luis García Berlanga
36. El año de las luces (1986) Fernando Trueba
37. ¡Átame! (1989) Pedro Almodóvar
38. ¡Ay, Carmela! (1990) Carlos Saura
39. Esa pareja feliz (1951) José Luis García Berlanga
& Juan Antonio Bardem
40. Todos somos necesarios (1956)
José Antonio Nieves Conde
41. El Lute. Camina o revienta (1987) Vicente Aranda
42. La estanquera de Vallecas (1987) Eloy de la Iglesia
43. Todo es mentira (1994) Álvaro Fernández Armero
44. El porqué de las cosas (1995) Ventura Pons
45. Furtivos (1978) José Luis Borau
46. El cochecito (1960) Marco Ferreri
47. Las bicicletas son para el verano (1984)
Jaime Chávarri
48. La colmena (1982) Mario Camus
49. Balseros (2002) Carles Bosch & Josep Mª. Doménech
50. Solas (1998) Benito Zambrano
51. El ángel exterminador (1962) Luis Buñuel
52. La tía Tula (1964) Miguel Picazo
53. Tesis (1996) Alejandro Amenábar
54. El bola (2000) Achero Mañas
55. La espalda del mundo (2000) Javier Corcuera
56. Bajarse al moro (1989) Fernando Colomo
57. Atraco a las tres (1962) José María Forqué
58. Torrente, el brazo tonto de la ley (1998)
Santiago Segura
59. El cebo (1958) Ladislao Vadja
60. Los peores años de nuestra vida (1994)
Emilio Martínez Lázaro
61. Moreno Clara (1936) Florián Rey
62. El milagro de P. Tinto (1998) Javier Fésser
63. El pisito (1959) Marco Ferreri
64. Justino, un asesino de la tercera edad (1994)
La Cuadrilla
65. Adiós con el corazón (2000) José Luis García Sánchez
66. Mi vida sin mí (2003) Isabel Coixet
67. El discreto encanto de la burguesía (1972) Luis Buñuel
68. Perros callejeros (1977) José Antonio de la Loma
69. Del rosa al amarillo (1963) Manuel Sumers


Diamanda Cult
(Publicado en 'Vivir Almería', Diario Ideal. Agosto 2009)

lunes, 17 de agosto de 2009

AUTE SOBRE 'MENOS TÚ'



He leído Menos tú y lo he releído inmediatamente después. Esto no me ocurre siempre, sólo muy raras veces, y sé que cuando sucede es que algo me ha "sucedido". Ésa es una de las funciones de la poesía, según mi criterio. Tus poemas me han "sucedido". No te puedo decir nada mejor sino redundar en lo que dice en el prólogo nuestro común amigo Corcobado: "la poesía se tiene o no se tiene en los genes del espíritu". Y tú la llevas en tus genes, lamentablemente.

Luis Eduardo Aute

lunes, 10 de agosto de 2009

TENGO UNA CITA (III)




-Está bien. Lo diré en mi próxima crónica.
¿No le parece a usted mal que me sirva
de sus opiniones?
-De ningún modo, porque a mí
no me sirven para nada.

Pío Baroja, Zalacaín el aventurero

martes, 4 de agosto de 2009

LONDON
































“El final de la noche”,
canta Jim.

La claridad se aleja
sobre tacones rojos
y la mañana ya es mentira.

Con el ruido que reposa
cuando en las alcantarillas
aún resuenan pisadas de pies diminutos,

casi tan diminutos como mi cuerpo
abandonado entre las sábanas.

Cuando el tiempo horada mi muñeca
con la crueldad de un perro rabioso.

Entonces yo me vuelvo a sentir
como el poeta con horario de oficina

and this is the end.


De 'IV Certamen Villa de Garrucha' (Arráez Editores)