“El final de la noche”,
canta Jim.
La claridad se aleja
sobre tacones rojos
y la mañana ya es mentira.
Con el ruido que reposa
cuando en las alcantarillas
aún resuenan pisadas de pies diminutos,
casi tan diminutos como mi cuerpo
abandonado entre las sábanas.
Cuando el tiempo horada mi muñeca
con la crueldad de un perro rabioso.
Entonces yo me vuelvo a sentir
como el poeta con horario de oficina
and this is the end.
De 'IV Certamen Villa de Garrucha' (Arráez Editores)
Dejame por esta primera vez quedarme con la lápida de tu portal.
ResponderEliminarVolveré por el resto, si me lo permitís.
Un abrazo!
Vuelve cuando quieras. Pero devuélveme la lápida, eh!
ResponderEliminarAbrazos