De ti, de tu egoísmo, de la enorme pobreza de tus ideales ¿Es que no comprendes que me ofreces una vida deprimente? No sabes hablar nada más que de cocina y de ir a la cama. Quien acepte vivir de ese modo -¿comprendes?- es un hombre acabado. Ése es el gusano. Yo ya no soporto tu amor agresivo, viscoso, maternal. No lo quiero. No me sirve. Esto no es amor, es basura.
Federico Fellini, La dolce vita
La primera foto me recuerda a un cubata. La segunda, también.
ResponderEliminarNo vas del todo mal encaminado.
ResponderEliminarLa tercera foto, sería ya la borrachera de los cubatas. Cuando caes trompa y bocabajo.
ResponderEliminarEsta mañana me he descojonado viendo tu comentario. A veces la dolce vita no es tan dolce.
ResponderEliminarNunca me ha gustado trasnochar en Dolce Vita, ya lo sabes. Prefiero otros pubs... Uno cualquiera donde me pongan Caballitos de Anís.
ResponderEliminar'Descojonado', qué fino me ha brotao. Descojonao, coño. Ah, dolce anís cabalgando.
ResponderEliminarPANDEMIA SIGLO XXI: LA CASPA
ResponderEliminarLloro de emoción al ver la calle Génova repleta de entusiastas pidiendole a Rajoy que se sacuda las casposidades de sus hombros tan obreros. Y a Aguirre que se ponga bragas para que no le caigan en sus zapatos tan lustrosos de salario mínimo interprofesional.