SALUD
de un cobertizo escolar
en las afueras de Asosa,
ciudad etíope
próxima a la frontera
con Sudán,
Gabiro, un anciano maestro
de cuarenta y siete años,
deletrea, muy despacio,
el grafiti
felicidad.
de la pescadería
más antigua de Marka,
población en línea costera
con la capital somalí,
el pequeño Hola descubre
el vocablo
felicidad
y resuelve iniciar
una nueva colección
de voces exóticas.
busca en el desvencijado
diccionario
sustraído
de una biblioteca
de Asmara, Eritrea,
el término
felicidad,
no sin antes
consultarlo
con su profano abuelo.
De 'Escritos de lápiz de labios', 2012
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