miércoles, 28 de octubre de 2009

LAS MAÑANAS





Las mañanas son más luminosas
que los ayeres.
Las tardes son menos puntuales
que los prontos.
Las noches en tus ojos son
luminosas y puntuales.

Cuaderno de Nueva Literatura Almería

miércoles, 21 de octubre de 2009

SUBLIME: EXCELSO, EMINENTE, DE ELEVACIÓN EXTRAORDINARIA




CLÁSICO IMPRESCINDIBLE


‘Las ninfas’ (1975) Francisco Umbral



“...y pensaba por primera vez, como luego he seguido pensando, que la literatura es el único reino donde nadie se muere nunca, donde Cervantes y Quevedo siguen vivos, donde Melibea y Madame Bovary seguirán pecando, adorables e inmortales, por los siglos de los siglos.”

Reflexiones tan hermosamente acertadas como ésta hicieron de ‘Las ninfas’ no sólo merecedora del Premio Nadal del año 75, sino que además le han otorgado el privilegio de ser considerada, treinta y cuatro después, un Clásico Imprescindible por la publicación que, tras un largo mes de ansiosa espera, sostienen ya por fin mis fieles lectores entre sus manos.
La novela fue editada en uno de los años más prolíficos de su autor, con éste sumó nada menos que siete títulos, entre ellos la elegíaca ‘Mortal y rosa’, obra magna en su trayectoria y a la que se le dedicara un merecido espacio en esta sección meses atrás. La historia parte de una premisa básica de Baudelaire: Hay que ser sublime sin interrupción. Premisa que el adolescente, proyecto de poeta, adopta como dogma en el viaje sin destino preciso que es la cultura como esencia de vida, como Astro Rey alrededor del cual giran con equidistancias insalvables las cotidianidades de la existencia ordinariamente impuesta.
Pero Baudelaire, de procedencia acomodada, al emitir su máxima no contaba con las circunstancias sociológicas e históricas de un joven de posguerra habitante del extrarradio:
Yo llevaba mis guantes amarillos en el bolsillo, pero no me atrevía a sacarlos. Casi me dieron ganas de arrojarlos a una papelera. Yo estaba haciendo el fantoche de poeta pobre, por las calles, mientras otros estudiaban de firme, calientes y en silencio, para hacer sonetos anacreónticos, que yo ni sabía lo que era eso.”
Un joven, testigo privilegiado de la impúdica traición de la realidad haciendo añicos el espejo inicial de pureza artística:
Me saludaron ambos como a un viejo y remoto conocido. No sufría por él, por ella ni por mí, sino por una abstracción cultural. Me había quedado sin modelo, sin amigo, sin profeta. Tampoco la cultura era verdad. La cultura podía ser el trámite hacia una pescadería.”
Si bien, como contrapartida agridulce, también nos ofrece los cálidos brazos del primigenio amor descubierto:
“...de aquella primera mujer que me decía silenciosamente que sí, que yo era, y me afirmaba, porque un beso es siempre una afirmación de algo, y no sé si otras muchachas me habían mirado antes, pero sólo ella, María Antonieta, me lo había dicho sin palabras, con esa palabra extraña, fuera de vocabulario, pero hija también de la boca, que es un beso, el beso.”
Para finalmente arrojarnos de forma impía desde la suprema luz afectiva hacia el grisáceo subsuelo de una época que aún hoy no tenemos del todo superada:
Un fondo sacramental, levítico y justiciero del país se levanta de tiempo en tiempo contra el amor que siempre es un escándalo para todos, como la única réplica de las mismas dimensiones que el cielo.”
Los trazos autobiográficos que caracterizan la Literatura Umbraliana se encuentran –naturalmente- incrustados en cada párrafo de ‘Las ninfas’, impregnándolos de una emotividad de espesor palpable e inequívoca. Una Literatura Umbraliana ante la que no ha tenido más remedio que rendirse, con el trascurso de los años, la idea incierta de lo sublime; entendida y redefinida hoy por mí - porque me siento asquerosamente cursi y porque me sale de los ovarios- como: arrogante cualidad innata del Escritor para juntar palabras despegando pensamientos.
Dicho queda.

Diamanda Cult
(Publicado en 'Vivir Almería', Diario Ideal. Abril 2009)







jueves, 15 de octubre de 2009

TENGO UNA CITA (IV)








En la discoteca de tus ojos
quiero bailar eternamente
y estar siempre presente
en el sexo de tus sueños.

Javier Corcobado, Tu alma en mí

jueves, 8 de octubre de 2009

NUESTRA MUJER EN LA HABANA


























Dispongo de tanto tiempo que todos mis relojes
mueren atragantados.

Inédito