martes, 31 de mayo de 2011

lunes, 23 de mayo de 2011

NUESTRO AMOR








































































































Nuestro amor era un perro que dejábamos
atado a las puertas de los bares.
Un perro que no ladraba, ni lloraba,
ni se tumbaba a esperarnos.
Era un perro que sólo se lamía
las heridas de sus patas
y atravesaba con un hueso nuestro camino
hacia la tarde cuando borrachos
olvidábamos desatarlo y crujía su aullido
en las hojas secas del parque
donde una vez insistí en contemplar
tu meada caliente de cerveza rubia.
Nuestro amor era un perro que dejábamos
atado a las puertas de los bares,
un perro cojo con la extraña cualidad de comer
de su propia mano
sin necesidad de esperar las esquivas garras
de sus amos domesticados.

lunes, 16 de mayo de 2011

ESCUETA BIOGRAFÍA





La anciana
taciturna bailarina
pasó por la vida
de puntillas.




martes, 10 de mayo de 2011

VIDAS ANTERIORES






Hoy me siento como un feto muerto
dentro de tu vientre.






martes, 3 de mayo de 2011

TENGO UNA CITA (XV)







La Movida, globo sonda hecho con un condón usado, como definiera Fernando Poblet aquella cosa, se desinflaba por momentos incluso en su vertiente espectacular: ya nadie simulaba, nadie representaba en el escenario generosamente ofrecido unos pocos años atrás; las cosas habían quedado claras y hubo un trasvase inminente, de los movideros, al mundo de los yuppies tan incipientes como arrasadores, un fenómeno (pero menos, en realidad seguía siendo lo de toda la vida, lo de la explotación del menesteroso por parte de quienes disponen de los medios de producción) que alguien a quien lamentablemente no recuerdo, para hacer la cita conveniente, definió como yuppillaje. Esto quiere decir que no había condescendencia; que se tiraba a degüello; que ya no se acudía a disimulos artísticos; que muchos artistas, perfectamente situados, definitivamente situados, procedían a la ejecución de órdenes sin caretas, o a dictarlas, ya como verdaderos capataces, cuando no como reales empresarios que no precisaban de justificaciones digamos lúdicas (lo de lúdico había sido una suerte de santo y seña en los garitos-garitas de guardia de la Movida y la Posmodernidad).


Años 80 en Madrid. La Movida Catatónica, José Luis Moreno-Ruiz