lunes, 27 de julio de 2009

EL BUEN ESPAÑOL



Me cagaré en la bandera,
el himno y la frontera
mientras exista un solo desheredado
dispuesto a limpiarme el culo.

Inédito

miércoles, 22 de julio de 2009

NOS ACORDAMOS DEL CORAZÓN CUANDO TRUENA




Los cimientos del corazón están siendo devorados
por implacables termitas de remordimiento asesino.
Se tambalean entre la neblina de la noche más larga.
Corazón abandonado a su suerte,
al más cruel de los finales
entre húmedos olvidos
y páramo de días sonrientes.

Capitanes de corazones hundidos
escriben sus últimas cartas de amor
a la luz de las velas del desastre inminente
mientras presagian agolparse
a las puertas de sus camarotes
riadas de sangre de un inicuo latido ambulante.

Poema publicado en
'Condenados en la hoguera' (A.C. La Candela)

martes, 14 de julio de 2009

APOSTANDO POR LA LITERATURA

CLÁSICO IMPRESCINDIBLE



'El jugador' (1865) Fiódor Dostoyevsky


“Se me antoja que estos crupieres, siempre tan finos y tan empeñados en no parecer sino empleados ordinarios a quienes les da igual que la banca gane o pierda, no son en realidad indiferentes a que la banca pierda, y por supuesto reciben instrucciones para atraer jugadores y aumentar los beneficios oficiales; a este fin reciben sin duda premios y gratificaciones”. Un Dostoyevski acuciado por las deudas de juego dictaba a su secretaria, y posterior esposa, el presente clásico en tan sólo veintiséis días, mientras preparaba su celebérrima ‘Crimen y castigo’. Nada mejor para afrontar la búsqueda de solvencia que escribir sobre las propias experiencias vividas en su nutrida afición a los casinos. ‘El jugador’ es una historia de amor; amor al juego, pero también amor carnal. Ambos, no correspondidos, se precipitan de forma paralela e inevitable hacia un mismo destino fatalista, con la decadencia de la sociedad rusa como marco fijador de las azarosas fotografías vitales de los personajes: “Dice que nosotros los rusos no podemos hacer nada sin los europeos y que no somos capaces de nada...”. El mito de Sísifo, empujando su piedra en un constante comienzo, está muy presente en la historia; aunque en este caso a través de un castigo –discutiblemente- voluntario del que nadie estará salvo. En el azar, como en las relaciones afectivas, el acierto tendrá una importancia efímera, lo primordial es dejarse seducir por las tentaciones una y otra vez en una placentera y frenética persecución de la nada como fin, a través de las accidentadas y perezosas geografías vasculares de plasma eslavo-oriental: “Ahora bien, el ruso no sólo es incapaz de adquirir capital, sino que lo derrocha sin sentido, indecorosamente. Lo que no quita que el dinero también nos sea necesario a los rusos –añadí-; por consiguiente nos atraen y cautivan aquellos métodos, como, por ejemplo, la ruleta, con los cuales puede uno enriquecerse de repente, en dos horas, sin esfuerzo. Esto es para nosotros una gran tentación; y como jugamos sin sentido, sin esfuerzo, pues perdemos”. El gran maestro de la novela psicológica despliega las técnicas de profundización propias del género a través de los constantes monólogos del protagonista-narrador en la exteriorización de conflictos íntimos y la correspondiente reflexión conductiva. Técnicas que depuraría y llevaría al extremo, con enorme éxito, en la mencionada ‘Crimen y castigo’. En ‘El jugador’ la centrífuga bola existencial rondará los casilleros: deseo, rechazo, perseverancia, conquista, obsesión, mezquindad, audacia para acabar sucumbiendo bajo la asidua y sonora sentencia de: “La banca gana”. Así en el juego como en la vida… mis queridos crisisufrientes.

Diamada Cult
(Publicado en 'Vivir Almería', Diario Ideal. Marzo 2009)



martes, 7 de julio de 2009