lunes, 5 de abril de 2010

UN DÍA CUALQUIERA














La mañana llora desconsolada.


Abrirás tu paraguas,
cerrarás los ojos
calle abajo
hacia el mercado.
Tus manos marchitas comprobarán
la frescura del género diario
para al final optar por medio kilo
de cebollas dulces.


Entre gatos ansiosos
y sardinas alineadas,
la vida olerá a pescado
entre las sábanas.
De vuelta el día se enjugará las lágrimas
y llegarás a casa a calentarte
en el fuego de la cocina,
a cortar las cebollas
–coartada perfecta a la tristeza-,
a guisar el pescado con algún que otro
recuerdo perecedero.

Cuando todo esté preparado
te sentarás a esperar,
pero nadie aparecerá.
Y empezarás a comer
mientras la vida te devora.


De 'Menos Tú' (El Gaviero Ediciones)


2 comentarios:

  1. Buen poema. Buen libro. Buen apetito. Etc.

    Ya pregunté el nombre de algunos bares para cuando vayamos a Adra.

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