No sé, me pregunto si estos mensajes callejeros llegarán a desaparecer algún día con la profusión de las redes sociales digitales. En tal caso adquirirán un valor añadido. Incluso, si seguirán existiendo relaciones sociales más allá de las digitales/virtuales.
Quiero pensar que siempre va a haber alguien que se meta a mear al baño del pub con un edding en el bolsillo, alguien que en un arrebato de soledad malentendida se decida a pegar poemas en las marquesinas de las paradas de autobús. Quiero pensar que hay vida detrás de las peceras aunque lo cierto es que son malos tiempos para la lírica tal y como la hemos entendido siempre. La gente joven (más joven que yo o que nosotros quiero decir) ha cambiado el disco por el Spotify, las pandillas de amigos por los foros, los facebooks y los tuentis... incluso dicen que llega el libro electrónico de verdad. Y yo, que sigo comprando música (vinilos y CDs) que sigo intentando ligar en el cara a cara y que amo la literatura tanto o más por el papel que por las letras hace que a mis 30 años esté acabando por sentirme viejo de verdad. Pero viejo, viejo.
La poesía arrabalera aparece cuando menos te lo esperas, con su fogonazo de luz.
ResponderEliminarNo sé, me pregunto si estos mensajes callejeros llegarán a desaparecer algún día con la profusión de las redes sociales digitales. En tal caso adquirirán un valor añadido.
ResponderEliminarIncluso, si seguirán existiendo relaciones sociales más allá de las digitales/virtuales.
Saludos
Quiero pensar que siempre va a haber alguien que se meta a mear al baño del pub con un edding en el bolsillo, alguien que en un arrebato de soledad malentendida se decida a pegar poemas en las marquesinas de las paradas de autobús. Quiero pensar que hay vida detrás de las peceras aunque lo cierto es que son malos tiempos para la lírica tal y como la hemos entendido siempre. La gente joven (más joven que yo o que nosotros quiero decir) ha cambiado el disco por el Spotify, las pandillas de amigos por los foros, los facebooks y los tuentis... incluso dicen que llega el libro electrónico de verdad. Y yo, que sigo comprando música (vinilos y CDs) que sigo intentando ligar en el cara a cara y que amo la literatura tanto o más por el papel que por las letras hace que a mis 30 años esté acabando por sentirme viejo de verdad. Pero viejo, viejo.
ResponderEliminarEl gota a gota de los inéditos empieza a parecerse a un fuga de agua en toda la regla. Bien, eso me gusta. Por la parte que me toca.
ResponderEliminarPor cierto, tu sobrino de mayor va a ser calcao calcao a tu hermano. Tal vez lleguen a parecer hermanos gemelos.
Saludos, friend.