Vean, esto no es una mariconada lírica:
"Me cagaré en la bandera,
el
himno y la frontera
mientras exista un solo desheredado
dispuesto a
limpiarme el culo".
Una preciosa declaración de principios. Es un poema
de Germán Guirado, de su libro "Escritos de lápiz de labios" (Ediciones
Vitruvio; Madrid, 2012).
Quizá tampoco lo quieran creer ustedes, pero, por
una vez, y aunque no se trate de una mujer bella, sino de un libro
convencionalmente editado (lo que quiere decir bien editado), aquí hay poesía de
verdad, sintiente, doliente y gozante y rozagante: ni una sola chuminada lírica
a lo largo de las páginas. Ni una. Y para demostrar que no miento,
véase:
"Siempre me ha fascinado
la figura de las antiguas
plañideras.
Hay días en los que yo hubiera sido
un magnífico
profesional".
Y, claro, Germán Guirado, como buen poeta, no podía dejar
de presagiar y presagiarnos:
"Una jauría de perros rabiosos olfateará tu
rastro.
La aridez abrazará tus sueños más húmedos.
El miedo ofrecerá su
tarjeta de visita.
El amor te sonreirá.
La vida te sacará los
ojos.
La muerte te los meterá por culo".
Y por si quedaba alguna duda
acerca del existencialismo cómico del autor (la comicidad es la única manera, a
mi modo de ver, en que el existencialismo pueda ser algo más que un teatrito de
variedades para mariconcetes y putillas de las artes y las letras), véase este
poema titulado "La metamorfosis":
"Siempre supiste que el amor
tan
sólo era una mierda
y hoy despiertas
convertida en mosca".
No me
digan, por lo demás, que no se trata de auténtico realismo, y no necesariamente
realismo sucio.
El poemario, leído de un tirón, tiene un ritmo vertiginoso,
de alternancia de poemas largos como baladas y poemas cortos como apotegmas. Y,
cual los días mismos, alterna igualmente ascos y golosuras, que eso es el pasar
de las jornadas. No en vano hay tiempo para todo:
"Tu coño
sobrevuela
entre turbulencias
el cielo de mi boca".
Valga este
levísimo apunte, no sólo para que recomiende yo el poemario de Germán Guirado,
que nadie tiene por qué hacerme caso, sino, pues me da la real gana, para
celebrar su aparición y regocijarme con su lectura: tanto en lo que me ha hecho
disfrutar como en lo que me ha hecho sufrir (esto último, desmenuzando el poeta,
de manera implacable, lo siniestro).
Por fortuna, en mi opinión (in my
opinion), Germán Guirado tiene poco que ver con un poeta. Seguro que por eso
tiene versos incontestables.
José Luis Moreno-Ruiz, periodista y escritor
Lo que resulta paradójico es comprobar cómo el libro no tiene prólogo y el blog en cambio (¿debo decir por momento?) tenga dos.
ResponderEliminarUna razón más para seguir visitando...
Saludos para los tres.
Juanjo
Para seguir visitándonos hay muchas razones.
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