domingo, 24 de febrero de 2013

CADA TARDE DE DOMINGO






Cada tarde de domingo
la pareja de enamorados
se sentaba en su banco favorito
del parque más bello de la ciudad
con la intención de reenumerar
-manos entrelazadas,
besos cruzados-
la inagotable lista de horrores y espanto
de su venidera existencia en común.



 

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